Lliria, 10 de abril de 1990.
Real Monasterio de S. Miguel (Liria),10 de abril de 1990. Hola Jesús: ¿Allí en el cielo también sufrís temporales? Aquí hoy el viento es tan fuerte que apenas se puede salir. Conviértete, me pides, pues necesito convertirme y er cada día un poquito como tú. Pero tú me conoces y sabes que una conversión radical es imposible, por ello quiero cambiar en la humildad. Quizás crea que soy humilde y no lo soy, pues intuyo que tengo una imagen falsa de este valor. Se que hay otros valores que tampoco los practico, pero empezaré por él. No soy humilde, pues me encanta el protagonismo, estar siempre delante, ser alguien, ser elogiado. Me cuesta pasar desapercibido, no estar en el que considero primer lugar. Leyendo los evangelios contemplo la figura de tu primo Juan, el profeta que todo lo tenía. Era un líder, rodeado de discípulos, las gentes marchaban a que les bautizase, buscaban su palabra en el Jordán, nadie había tan popular. Hubiese podido granjearse la amistad del rey y con ell